lunes, 23 de julio de 2007

Sobre las sombras y sus luces

Miles de niños, principalmente niñas, cruzan la frontera nepalesa cada año con destino a las grandes ciudades Indias.

Van ilusionados, sonriendo a las promesas de un trabajo destinado a aliviar de una vez la situación familiar...o simplemente engañados, secuestrados, vendidos a mafias que les privarán de su libertad, de su infancia, de sus cuerpos. Es lo que se conoce como tráfico de niños, algo que sólo personas sin corazón pueden hacer.

Conocí a Anuradha el pasado marzo, en un foro sobre Infancia y Violencia al que me siento orgulloso de haber sido invitado, y me sorprendió tanto lo que contaba sobre esta lacra como la dulzura con la que hablaba y la humildad con la que relataba su lucha desde Maiti Nepal contra estas mafias y a favor de sus niños.

Fue la primera luz que vi en medio del horror que está sucediendo, algo así como un faro que se yergue sobre el fango. Cuanto más miras al problema, más despreciable es lo que ves, pero con más luces te encuentras.

Así que un buen día propuse a Anuradha mostrar el problema como mejor supiera, con mi fotografía. Y para ello viajaré desde Kathmandu a Bombay/Mumbay entre agosto y septiembre, visitando organizaciones que luchan por los derechos de los niños y las mujeres... ya que los destinos de ambos van de la mano.

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