martes, 28 de agosto de 2007

El taxibus

Encontrándome yo con el deseo de visitar Bhaktapur - y así poder apreciar la belleza del tercer reino Malla del valle de Katmandú - no eran pocos los taxistas que se ofrecían a llevarme.

Sin embargo, como mi bolsillo se negaba a desembolsar las 1000 rupias que me pedían por un trayecto de 15km - unos 12 euros -, pregunte por buses. "No los hay", me aseguraron. "Hay que ir a tal sitio primero y de allí a tal otro, donde se encuentran todos. Muy complicado."

"De acuerdo, muchas gracias", les dije mientras me dirigía allá a lo lejos, hacia donde, si mi vista no me engañaba, estaba viendo varios autobuses.

Tras cruzar un pastizal encontré el ansiado premio. Buses grandes y pequeños, con ventanas o sin. Incluso algunos, con conductor.

"To Bhaktapur, please!", exclamé. Y antes de que un taxista del lugar acudiera raudo a mi captura, un hombre contestó: "Yes!" "¿Cuándo y cuánto?", repliqué. "Now, 200 rupies", recibí por respuesta.

No queriendo tentar mi suerte, salté al bus seguido del conductor y su acompañante y, antes de que me percatara de que era el único pasajero, ya estábamos en marcha.

"No puede ser, si esto es como ir en taxi, ¡pero utilizando un bus! ¿Cómo me pide sólo 200...? Ya verás, seguro que por el camino va recogiendo a mas gente". Pensaba yo.

Pero no, por el camino lo único a reseñar es que yo me comí un paquete de galletas - estoy saturado de tanto picante, el fuego ya me sale hasta por las orejas - y el conductor se enfrascó en una carrera de adelantamientos con bicicletas, burros, vacas, rickshaws, camionetas, buses… ¡e incluso coches!

PD: al final les di 300 rupias y se quedaron encantados. No me lo explico.

No hay comentarios: